Viaje a Sevilla para asistir al curso de cosmética de Gema Herrerías

Lo primero que suele ocurrir cuando llegas a Sevilla es que empiezas a sudar aun estando quieto. En los meses de verano la temperatura suele rondar incluso los 40 grados en las horas de máxima exposición solar, nada que no se pueda combatir con una botella de agua fresquita y por supuesto una protección solar en tu textura favorita, en mi caso la bruma anthelios 50 de La Roche Posay, ¡más cómoda imposible!

Sevilla es preciosa. Tuvimos la suerte de hacer turismo durante unas horas y nos encantó. Callejeamos por el centro de la ciudad sin rumbo fijo y cada esquina nos deparó algo bonito de ver. Los Reales Alcázares y La Plaza de España son dos lugares que cualquier persona debería visitar. Antes de que empezara el curso cogimos fuerza con unas tapitas y llegamos a la Farmacia con toda la energía e ilusión posibles.

En el curso coincidimos profesionales de todas partes. Jienenses trabajando en Málaga, sevillanos en Toledo, malagueños trabajando en Barcelona (servidor), almerienses, catalanes, jerezanos... Un grupo de lo más variopinto y divertido. El primer día aprendimos muchísimo sobre dermatología consmética, como los tipos de activos y sus funciones, las texturas cosméticas, la correcta aplicación de los productos, pero sobre todo a saber valorar una crema en función de su composición de los diferentes activos que incorpore. Por ejemplo, no es lo mismo una vitamina C pura y estabilizada (Sérum 10 de Skinceuticals) que otras vitaminas C que son derivados de ácido ascórbico con menos potencia, aunque se anuncien de la misma manera en el packaging del producto. Como no podía ser de otra manera, al acabar el primer día nos fuimos de cena, donde nos conocimos un poquito más los unos a los otrseos y los más valientes nos atrevimos a conocer la noche sevillana.

El último día de curso fueron las horas más intensas del fin de semana. Muchísimos aspectos conocidos y otros no tanto explicados al detalle, muchísimos activos menos conocidos y su función, técnica de análisis facial y capilar, cosmetovigilancia, consejos para una buena intervención farmacéutica... Resumir todo lo que hemos aprendido en el curso sería imposible en unas cuantas líneas. Compartir tanta información con compañeros y colegas y recibirla de Gema, una referente de la dermofarmacia en España, es una experiencia fantástica y enriquecedora. Aunque queda mucho camino por recorrer y muchas horas de estudio y formación, ahora nos sentimos un poquito más sabios que antes, capaces de ofrecer un buen servicio al paciente que acuda a la oficina de farmacia.

Volver fue difícil, sobre todo porque casi perdemos el vuelo. Me llevo una gran experiencia, mucha información para trabajar, una oportunidad para formarme mejor en la dermo y lo mejor, unos buenos colegas que seguro volveré a ver.